La disgrafía, un trastorno común de la escritura.

La belleza de escribir a mano.

Sobre los seis años, el niño alcanza la madurez necesaria para la asimilación de la escritura. En algunos casos puede aparecer el problema de la disgrafía. 

Auzias, en Los Trastornos de la Escritura Infantil (1983) señala que las condiciones para acceder a la escritura son cuatro: madurez intelectual, lingüística, motora y práxica. Así mismo es precisa la madurez del niño en el plano emocional, para que le permita mantener el esfuerzo de atención que exige la escritura. 

Cuando esas condiciones no están bien desarrolladas, se manifiesta la disgrafía.

¿Qué es la escritura? 

La escritura es una técnica motriz con un desarrollo lento, que se domina con madurez y práctica. Es un instrumento para la comunicación, la adaptación cultural y también sigue siendo un recurso para expresar ideas en papel, a pesar de la afluencia de los medios electrónicos. 

La enseñanza de la escritura debe realizarse de forma paralela e integrada con la lectura, y los métodos para esa enseñanza deben ir cogidos de la mano, de forma que el niño vaya reconociendo las utilidades escritas de la lengua: leer, comprender, y escribir al mismo tiempo.

Definición de disgrafía.

En palabras de Portellano, “la disgrafía es un trastorno funcional o del desarrollo de la escritura, caracterizado por deficiencia de calidad en la escritura que afecta a la forma o al significado". 

El niño disgráfico, ya sea zurdo o diestro, es el que tiene escritura deficiente sin que ningún retraso neurológico o intelectual justifique esta deficiencia. La capacidad intelectual es normal.

Los problemas que causan la disgrafía.

La disgrafía es el resultado de una serie de deficiencias y trastornos, entre los que se encuentran: 
  • Infantilismo. Inapropiadas conductas infantiles y los maestros.
  • Déficit de atención e hiperactividad en niños.
  • Síndrome de Peter Pan: ¡No quiero crecer!
  • Mala lateralización (trastornos perceptivos, visoespaciales y del lenguaje).
  • Alteraciones de la psicomotricidad (falta de ritmo, de equilibrio y conocimiento deficiente del esquema corporal).
  • Trastornos perceptivos. Problemas en la percepción espacial, dificultad para diferenciar arriba y abajo, derecha e izquierda, delante-detrás. Con respecto a la percepción temporal el niño tiene problemas al distinguir antes y después y las estructuras rítmicas.
Cuando a esos problemas se les une también la discalculia (gran dificultad en el aprendizaje de la aritmética) y la agnosia digital (dificultad a la hora de distinguir los dedos) ocurre el llamado síndrome de Gerstmann.


Disgrafía disléxica, el contenido del texto se ve alterado.



Los errores de este tipo de disgrafía son similares a los cometidos por el niño disléxico: 
  • Omisión de letras, silabas o palabras.
  • Confusión de letras con sonido semejante. 
  • Inversión o transposición del orden de la sílabas. 
  • Agregado de letras y sílabas. 
  • Uniones y separaciones indebidas de letras, sílabas y palabras. 
A diferencia de la disgrafía motriz, que afecta a la calidad de la escritura (tamaño de las letras, espaciamiento, inclinación de renglones etc.), la disléxica perjudica al contenido.


Cómo ayudar al niño con disgrafía. 



La reeducación de la disgrafía debe de ser entretenida para el niño, y para ello hay que procurar que la ejercitación en las sesiones, además de tener una finalidad madurativa, reeducadora y terapéutica, sea interesante y amena. 



Lo ideal sería disponer de dos salas de trabajo en el colegio: la sala psicopedagógica, donde se realizan actividades de escritura, grafismo, actividades visomotoras etc; y la sala de psicomotricidad, caracterizada por tener condiciones de ventilación, iluminación y un amplio espacio para moverse.

El material utilizado para la reeducación del la disgrafía puede ser de dos tipos: 
  • Material permanente que se refiere al conjunto de objetos y aparatos que interviene en la reeducación de la disgrafía y que tiene una duración prolongada. Ahí estarían, por ejemplo, la pizarra, balones y pelotas de diferente tamaños, materiales y colores, material rítmico-musical, aros, colchonetas, espejos etc.
  • Material fungible, es decir todo aquel que tiene una duración efímera y requiere una frecuente reposición. Por ejemplo, los lápices, borradores, papel, tijeras, pegamento, punzones, plastilina, pinturas.
Los juegos educativos como los puzzles, juegos de razonamiento, letras de plástico, láminas mudas o libros de cuentos sirven para motivar al alumno y para que aprenda jugando. Las nuevas tecnologías, como el Tablet PC, también sirven de utilidad para el tratamiento de la disgrafía.

Los comentarios positivos son importantes.

En este tipo de problemas, como en otros relacionados con la Educación Especial, hay que animar al niño y reforzar en todo momento los éxitos que logre. Hacerle ver que está logrando lo que antes era incapaz. Informarle de sus propios progresos, es decir, que exista una comunicación total que estimule al niño a seguir avanzando.